Sobre la no libertad y las balaceras en México

Leyendo la columna del señor Ricardo Alemán vino a mi mente una anécdota que en días pasados me contó un compañero del trabajo. Él me comentaba que sus hijos llegaron de la escuela y le dijeron: "Papá, hoy nos enseñaron en la escuela que hacer en caso de una balacera... tirarnos al piso y poner las manos en la cabeza". Aunado vino el cuestionamiento que él me relataba ¿Es justo eso? ¿Hasta donde hemos llegado? Para tratar de animarlo le respondí en tono de broma: "Me parece una buena medida, los tiempos son difíciles, pero tienes razón al paso que vamos, en poco tiempo terminaremos comprando chalecos antibalas en Soriana".

Lo dije en tono de broma, y en verdad lo era, pero haciendo una reflexión a conciencia... no parece una idea tan descabellada. Aunque, lo ideal sería que no hubiese ese tipo de situaciones en un país donde sus gobernantes claman a los cuatro vientos: ¡Llevamos 200 años de libertad! Cuando la realidad es que en un país en donde no puedes caminar por la calle a la hora que te plazca, por temor a que te metan una bala entre ceja y ceja, no existe la libertad.

Y hablando de anécdotas sobre la no libertad en este país, el día de ayer me mencionaba otro compañero de trabajo que uno de sus vecinos se le ocurrió hacer una fiesta el fin de semana, y que como a eso de las 10 p.m. llegaron los sicarios armados hasta los dientes a reclamarle, por que según esto necesita pedirles permiso para hacer fiestas... ¡Hagame usted el rechingado favor!... Mi compañero y yo concluimos que seguramente se debió a que algún mafioso de la colonia era su vecino, y se molestó ya sea por el ruido o por que no lo invitaron; al final el anfitrión tuvo que correr a sus invitados, con tal de salvar su vida y darle gusto a esas gente. Pero, lo cierto es que no se puede decir que este es un país libre, cuando ni en tu casa puedes hacer lo que te venga en gana.

Pero al final de cuentas, este es el país de no pasa nada... ¿O no Felipillo?

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