Presidente Cristero

Herido como pocas veces en sus 70 años de historia, en el Talón de Aquiles de su pretendida moralidad política y confesional, el PAN asiste al desmoronamiento de su credibilidad, y aún al de su viabilidad como partido. Paradójicamente, la estocada no viene de fuera, sino de su propia entraña. Se trata de la mentira. La mentira como expresión del miedo, la mentira como arma política. Al vergonzante pacto con el PRI, puesto al desnudo desde hace varios días pero confirmado apenas la semana pasada, el PAN suma un nuevo embuste. Fernando Gómez Mont renunció a un partido del cual no era militante… Fue inscrito en el padrón panista de manera irregular y se le inventó una trayectoria en su expediente para justificar hacerlo consejero nacional.

Para mayor gloria de Dios, el gobierno de Felipe Calderón está subordinándose a los intereses de la jerarquía católica, al grado de que ya se convirtió en un gobierno de tinte confesional y neocristero que –por encima de la Constitución– está socavando al Estado laico mexicano.

Junto con el Ejército, que actualmente goza de grandes prebendas y es movilizado a nivel nacional, la Iglesia es la otra institución que sirve de pilar al gobierno federal.
Sin embargo, el “peligroso binomio” clero-Ejército ha desencadenado una escalada de violaciones a los derechos humanos y a las libertades individuales.

El hecho más visible de este “franquismo a la mexicana”, de corte fascistoide, es la actual embestida del régimen calderonista contra la legalización del aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo, la cual es auspiciada desde El Vaticano por el Papa Benedicto XVI.

El investigador Édgar González Ruiz, especialista en las relaciones de la ultraderecha con los gobiernos mexicanos, afirma:
“El gobierno de Calderón es una especie de franquismo a la mexicana.
La comparación no es gratuita, pues el movimiento cristero de los años treinta se identificó con el general Francisco Franco y su gobierno.
Era el ideal que querían para México.
Y eso es precisamente lo que hoy Calderón –de raigambre cristera– está llevando a la práctica bajo los dictados de Ratzinger y El Vaticano”.

–En este sentido ¿hay diferencias entre el gobierno de Calderón y el de su antecesor panista Vicente Fox, quien también admiraba a los cristeros? –se le pregunta.

–Muchísimas.
Fox solo tenía desplantes escenográficos con los que externaba su catolicismo; mostraba crucifijos, el estandarte con la imagen guadalupana o le besaba públicamente la mano al Papa… Sin embargo, su gabinete fue plural.
Sólo alguno que otro funcionario aislado, como Carlos Abascal, tenía tendencias confesionales.
Incluso, Fox decepcionó a la jerarquía católica porque no cumplió las promesas que le hizo durante su campaña.

“Calderón, en cambio, sí es consciente de su compromiso con el activismo católico.
Tiene plena claridad de que entre sus prioridades está el desmantelamiento del Estado laico y la aplicación de preceptos religiosos, aunque con éstos se anulen libertades individuales.
Y ya no son funcionarios aislados quienes tienen estas tendencias; prácticamente todo el gobierno calderonista en bloque le está dando continuidad a la lucha cristera”.

González Ruiz menciona algunas dependencias oficiales que siguen esa línea, como la Procuraduría General de la República (PGR), la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Secretaría de Gobernación (SG) o la Secretaría de Salud (SS).

Agrega que “lo más grave” es la “intromisión del clero” en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y en la Secretaría de Marina (SM), sobre todo mediante las llamadas capellanías castrenses.

“A través de esas capellanías se está fraguando la alianza Iglesia-Ejército, algo nunca antes visto.
Y Calderón se apoya muy especialmente en esas dos instituciones, cuya intervención abierta en la vida de nuestro país es cada vez más evidente.
Son un binomio peligroso que suele desembocar en dictaduras de corte fascistoide, como la de Pinochet en Chile.

“Al Ejército, por ejemplo, Calderón ya lo tiene patrullando permanentemente en las calles con el fin de darle mayor participación en la vida pública, pero usa el pretexto de que combate al narcotráfico, una lucha –por cierto– no prioritaria en estos momentos de crisis económica, pero a la que los medios electrónicos le dan mucho eco”.

Totalitarismo católico
Todavía el pasado 8 de diciembre –día de la Inmaculada Concepción–, el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, acompañado por el secretario de Marina, almirante Mariano Francisco Saynez, bendijo la capilla del Hospital General Naval de Alta Especialidad.
Ahí –según una nota periodística publicada por el semanario católico Desde la Fe– el prelado “elevó sus plegarias a Dios por los miembros de la Marina”, y convivió con médicos, enfermeros y autoridades de las Fuerzas Armadas.

Al solemne evento litúrgico también asistió el magnate Olegario Vázquez Raña, dueño del periódico Excélsior y presidente del Grupo Hospitalario Ángeles, así como Daniel Goñi Díaz, presidente nacional de la Cruz Roja Mexicana.
Fue un acercamiento más entre el alto clero y los mandos de las Fuerzas Armadas.

Autor de libros como El clero en armas.
Militarismo católico en América Latina; La última cruzada: de los cristeros a Fox; Conservadurismo y sexualidad, y La sexualidad prohibida, González Ruiz enfatiza:
“Sí, Calderón comienza a instaurar un totalitarismo católico y militarizado.
Es un presidente cristero.
Él mismo en lo personal –por sus raíces familiares y su militancia en el PAN– se ha declarado públicamente contra el aborto y los matrimonios entre homosexuales”.

En efecto, el 20 de marzo de 2007, cuando en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aún se debatía la despenalización del aborto, Calderón tomó abiertamente partido a favor de la Iglesia: “Yo estoy en defensa de la vida (del no nacido).
Tengo pleno respeto por la dignidad y la vida humana”, dijo.

Y apenas el pasado 2 de febrero rechazó la aprobación de los matrimonios entre homosexuales en el Distrito Federal, por considerarla violatoria a la Carta Magna: “La Constitución de la República habla explícitamente del matrimonio entre hombre y mujer”, aseguró el mandatario.

En ambas ocasiones, el presidente instruyó a la PGR para que, primero, interpusiera un recurso de inconstitucionalidad –ante la Suprema Corte de Justicia– contra la despenalización del aborto.
Y luego otro igual contra la legalización del matrimonio gay… Y la PGR cumplió fielmente ambas encomiendas.

Exclama González Ruiz:
“¡No puede ser! Calderón convirtió a la PGR en abogada de las causas de la jerarquía católica, en un bufete de defensoría jurídica para el clero.
¡Esto es inconcebible en un Estado laico!”.

El especialista menciona que, incluso, las instancias judiciales y la Secretaría de Gobernación siempre protegen a obispos y sacerdotes que son demandados por intervenir en asuntos electorales, o por verse involucrados en otros ilícitos.

“En la práctica existe el fuero eclesiástico.
El caso más representativo es la impunidad que cubre al obispo Onésimo Cepeda, acusado constantemente de actos delictivos.
Mientras que al cardenal Norberto Rivera el gobierno le puso a su servicio a un grupo de policías federales”.

Señala que, por otro lado, el gobierno ya le autorizó a la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) operar su propia estación radiofónica, Radio Guadalupana, para realizar proselitismo católico en todo el país, violando así la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que prohíbe al clero manejar medios de comunicación masiva.

La cruzada
En octubre pasado, el sacerdote Omar Sotelo, encargado de la Pastoral de la Comunicación de la CEM, anunció que Radio Guadalupana ya cuenta con la aprobación de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel).
Será la emisora “oficial” del episcopado y punta de lanza para “crear una cadena de radios” en las cerca de 100 diócesis del país.
Además, sus contenidos serán transmitidos por Internet.

Dice González Ruiz:
“Otra muestra de esta alianza entre el gobierno y el clero ocurrió en diciembre pasado, cuando la Secretaría de Gobernación hizo circular un mensaje de Benedicto XVI en sus tarjetas navideñas”.

Y muestra una tarjeta –con el escudo nacional y el membrete de Gobernación–, en la que el pontífice aboga por los niños migrantes:
“Deseo de corazón que se dedique la debida atención a los emigrantes menores de edad, quienes necesitan un ambiente social que permita y favorezca su desarrollo físico, cultural, espiritual y moral”.
Benedicto XVI.

La SEP –añade el investigador- es otra dependencia oficial en plena alianza con el clero.
Detalla:
“En muchas parroquias del país ya se están dando cursos de alfabetización y educación a los adultos.
Esta instrucción parroquial es producto de un convenio entre el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) y el episcopado mexicano, el cual ha difundido documentos sobre estas actividades conjuntas que realiza con la SEP”.

Y para acercar a los niños y jóvenes estudiantes a la fe católica –prosigue el especialista–, la Iglesia instauró las llamadas “capellanías escolares”, que están operando en muchas escuelas públicas y privadas del país.

“Así como la Iglesia tiene injerencia en el Ejército mediante las capellanías militares, o interviene en el Sector Salud con las capellanías hospitalarias, lo hace también en el sector educativo con las capellanías escolares, en abierta violación al Artículo Tercero Constitucional, donde se estipula que la educación debe ser laica”.

Al respecto, la Arquidiócesis Primada de México cuenta con un plan bien estructurado para instaurar capellanías escolares en todos los planteles del Distrito Federal, elaborado por su Comisión de Pastoral Educativa.

El documento titulado Capellanías escolares aclara que este tipo de pastoral “tiene como encomienda, particularmente en el ámbito de las escuelas, la propagación de la fe entre los docentes, los alumnos y los padres de familia”.

En su capítulo II define los objetivos de dichas capellanías:
“La capellanía tiene como finalidad proporcionar formación cristiana a todos los miembros de la comunidad educativa.
Por ello, cada centro debe contar con la asesoría de un capellán que, junto con sus catequistas y misioneros, atienda gustosamente, en un horario conocido, las consultas de todos los que soliciten consejo y orientación para el desarrollo de su vida personal”.

El documento precisa que en la Arquidiócesis de México “hay 1265 escuelas que requieren atención, sin contar las universidades.
La meta es que los párrocos puedan visitarlas una vez a la semana, para supervisar la preparación” de los estudiantes y “vincularlos a la parroquia”.

Y concluye: “La escuela es un lugar privilegiado: ¡Un semillero vocacional!”.

Esta gran cruzada de evangelización escolar la emprenden todas las diócesis y arquidiócesis del país, por medio de sus miles de parroquias y con la bendición de la SEP.

Indica González Ruiz que, además, “la SEP da preferencia a los libros de texto producidos por los grupos relacionados con la Iglesia, mientras que rechaza aquellos cuyos contenidos molestan al clero, como ya sucedió en agosto de 2008, cuando prohibió libros de texto editados por el gobierno del Distrito Federal, sólo porque abordaban el tema de la sexualidad desde una perspectiva científica”.

Gobierno confesional
La Iglesia cuenta con amplios espacios que abarcan a la Secretaría de Salud, cuyo coordinador general de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos es el abogado Bernardo Fernández del Castillo, “un personaje ligado a los grupos de extrema derecha”.
Su bufete –Fernández del Castillo y Asociados–, representante legal de la Arquidiócesis de México, fue el que defendió al cardenal Norberto Rivera de las acusaciones en su contra –en la Corte de Los Ángeles– por supuestamente proteger al cura pederasta Nicolás Aguilar.

Resume el investigador:
“Por encima de la ley, la injerencia del clero se está dando en todas las esferas de gobierno, avanza por todos los flancos.
Estamos viviendo bajo un gobierno confesional que se percibe en la vida cotidiana”.

–Sin embargo, acaba de reformarse el Artículo 40 Constitucional, para establecer con claridad que México es un Estado laico.

–Sí, esa fue una reacción del Congreso ante el apabullante avance de la Iglesia.
En teoría, la reforma a la Constitución debería ser un freno… Pero Calderón no respeta las leyes sobre la laicidad, y aquí lo que importa son los hechos; las violaciones a los derechos humanos por parte de la milicia, o las mujeres que están siendo encarceladas –con penas hasta de 30 años de prisión– solo por haber abortado y contravenir las leyes eclesiásticas.
Con esas leyes, la Iglesia lleva un cogobierno con Calderón.

Señala el investigador que “la agenda del clero es la del PAN, porque éste siempre ha sido el partido de la jerarquía católica, sólo que hoy ya no lo puede negar”.
Lamenta que el PRI se haya sumado a la penalización del aborto en 18 estados.
Y más recientemente –dice– hasta el PRD y la izquierda están cayendo en el juego de la Iglesia, mediante sus alianzas políticas con los panistas sólo por ganar algunas gubernaturas.
“El clero se aprovecha de los políticos traidores y mezquinos de los partidos de oposición”, apunta.

Un ejemplo: el senador perredista Pablo Gómez propuso el pasado 25 de febrero reformar la Constitución para otorgar el derecho de asociación política y proselitismo a los sacerdotes.

Por su parte, el historiador Lorenzo Meyer, de El Colegio de México, coincide en que actualmente hay una “ofensiva neocristera contra el Estado laico”.
Mientas que las “derechas mexicanas” –agrega en un artículo publicado el pasado jueves 11, en el diario Reforma– le están dando cabida a “una izquierda burocrática e inofensiva” que quiere “un nicho en la estructura formal del poder”.

Añade que con la restauración de la República, en 1867, se suponía que el triunfo del Estado laico “era un asunto resuelto”.
Pero no fue así.
La laicidad perdió terreno durante el Porfiriato.
Vino después la Revolución y la Constitución de 1917, con la que nuevamente se supuso el triunfo del Estado laico.
Pero la guerra cristera demostró que la derecha seguía dispuesta a desafiar hasta con “las armas” a la estructura política mexicana.

Ahora, alerta Meyer, el gobierno de Calderón y una “parte oportunista del PRI, que es siempre la mayoría en ese partido”, intentan “movilizar” a la sociedad hacia una “ofensiva final” que derrumbe al Estado laico.

NOTA: Según El Punto Critico, el padre de Felipe Calderón fue activo cristero.

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