La pena máxima

El día de hoy comencé el día leyendo una noticia media rara, y preocupante a la vez, que me hizo recordar el conflicto entre Los Capuleto y Los Montesco, personajes de aquella novela de William Shakespeare titulada Romeo y Julieta. Para los que no han visto la película, ya no digamos leer el libro, y para aquellos despistados, entre las dos familias había una rivalidad - vaya usted a saber por qué - y por lo tanto Julieta Montesco no podía tener relación alguna con su enamorado Romeo Capuleto. Para no hacer el cuento largo, y por que creo que ya todos sabemos el final, las familias intervienen en la relación de la pareja, y la historia termina en tragedia tras el suicidio de los enamorados.

Tras esta breve reseña, les comento - ya para no hacerla tanto de emoción - que el día de ayer Mohamed Maur Azimzadeh, quien fungía como responsable de la oficina de Relaciones Internacionales de la Federación de Fútbol de Irán, fue separado de sus funciones por haber felicitado a la Federación de Israel por el inicio del Año Nuevo. Según esto, para la Federación de Irán no es bien visto el que sus empleados tengan relación alguna con el Estado judío, por lo cual consideraron el inofensivo correo electrónico de felicitación como una falta grave.

Sí, yo también puse cara de pendejo, y me dije: "¡No Mames!". Una cosa son los conflictos bélicos - más que novelicos - que se han sucitado entre los gobiernos musulmanes (Los Montesco) y los judíos (Los Capuleto), y otra muy diferente que personas ajenas paguen por culpa de estas rivalidades. Estamos en pleno siglo XXI y el que este tipo de eventos se presenten, sin duda, son una pena.

Pero, la pena máxima es la indiferencia, por ejemplo los grupos defensores de los derechos humanos no han realizado sus desmanes, y no es que este yo a favor de las tropelías que caracterizan a estas gentes, ni tampoco estoy esperando plantones, ni marchas para defender a Mohamed, pero, siendo sinceros, estas personas no pierden la oportunidad de hacer picnic afuera de un restaurante de blancos, solo por que un negro se quejó de que le faltaba un centavo al contar las monedas que le dieron de cambio.

Los conflictos entre estos dos grupos son el pan nuestro de cada día, y muchas personas lo ven como algo normal, total están hasta el otro lado del mundo, y lo que pasé allá no les afecta. Habrá quien piense que estoy haciendo una tormenta en un vaso de agua, pero tengo mis razones, vivimos en una sociedad en la que es más importante criticar el trasero de Lindsay Lohan que preocuparse por el sufrimiento de propios y extraños.

Fuente:
Despiden a federativo por felicitar a israelíes
Lindsay exhibe su trasero en St. Barts

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