Todos somos inocentes...

Hasta que no se demuestre lo contrario, una persona no debería ser "juzgada" por lo que digan las otras personas.

Laura es una vieja amiga mía, y trabaja como intendente para una empresa de limpieza. Este fin de semana, ella me platicó que la acusaron de haber tomado el dinero que uno de los ingenieros dejó en los cajones del escritorio de su oficina. Sin tener pruebas, Laura fue acusada de robo, tan solo por que "aparentemente" fue la única persona que andaba por ahí a esas horas. Y digo acusada, por que es muy diferente a que seas declarado como sospechoso.

Cuando eres sospechoso te interrogan y das tu versión de los hechos, la cosa termina ahí; sobre todo si no se te puede demostrar que eres culpable. Pero cuando eres acusado, como le pasó a mi amiga, buscan a toda costa echarte la culpa, y demostrar que tú fuiste el causante. En el caso particular de Laura, la persona que acusó a mi amiga, no conforme con haber declarado sin pruebas que había sido ella quien tomó el dinero, no paró hasta que la pasaran por la bascula.

La pobre Laura terminó semidesnuda, la llevaron a un cuartito, le pidieron se quitara los pantalones, los zapatos y hasta los calcetines; cuando no encontraron nada, le preguntaron a quien le había dado el dinero - ¡Puta madre! ya estaban buscando cómplices. Por si eso fuera poco, la parte acusadora pidió que también se le revisara la bolsa de mano, por si acaso ya había guardado el dinero ahí, afortunadamente Laura no usa bolsa de mano, por que lo más seguro, es que de haberle encontrado dinero la hubiesen desfalcado. Lo más triste de todo esto es que ni siquiera tuvieron la decencia de buscar a otro sospechoso, ni siquiera cuando ya no le pudieron seguir buscando a Laura.

Pero el daño ya esta hecho, ahora Laura es tratada como el "patito feo", y las personas que le hacen platica, aunque sea un tema de trabajo, son sus cómplices. La neta que da un chingo de coraje que abusen de las personas no más por que las ven "mansitas", y hasta da pena ajena que las personas, que ni siquiera estuvieron involucradas, hablen nada más por hablar.

Tristemente, las personas estamos muy prontas en creer los chismes, y en ocasiones acusamos, y también juzgamos, a personas inocentes, que sin deberla ni temerla estaban en el lugar correcto, en el momento menos apropiado. Deberíamos ser más cautelosos, y en lugar de dudar del acusado, mejor deberíamos no creerle al 100% a la persona que nos esta contando; no sea que estemos ayudando a perjudicar a un inocente.

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